Guardo

Esta preciosa villa se encuentra situada al norte de la provicia de Palencia, a orillas del Río Carrión y al pie del preciso paisaje de Fuentes Carrionas. Además Guardo engloba a otros tres municipios más: Intorcisa, Muñeca y San Pedro de Cansoles. Debe su expansión a que ejerció como centro de una importante zona minera, aunque la extracción de carbón resulte en nuestros días un negocio en declive. Su edificación es moderna, ordenada en un núcleo bien urbanizado.

Guardo

El centro del pueblo queda en la margen izquierda del río, reservándose la derecha para las instalaciones ferroviarias e industriales, ocupando grandes espacios la estación de la línea de vía estrecha Bibao-La Robla, formando una compleja maraña de vías y de edificios semivacíos, en fuerte contraste con aquella intensa actividad del pasado. Ahora el tráfico sólo se mantiene entre Guardo y León.

El pueblo antiguo se reconoce en la ladera oriental del valle, conservando una importante prestancia monumental en su vieja plaza. Este amplio espacio, de rígido plano rectangular, se cierra en su frente con el soberbio palacio mandado construir en el siglo XVIII por el obispo Bullón. Su fachada consta de dos plantas, hallándose en la baja la puerta y cuatro ventanas enrejadas. En el piso alto luce un fastuoso balcón principal, además de otros dos laterales, estos últimos con el voladizo semicircular. Como ático de la zona central se eleva un frontón de quebrada silueta ocupado por un enorme blasón al cual simulan sujetarlo dos parejas de graciosos niños tenentes. Otros escudos menores sirven de remate al par de pilastras estriadas que dividen simétricamente todo el muro. Este palacio ha cumplido la función de Instituto de Bachillerato durante varios años.

Perduran más casonas blasonadas, dos de ellas limitando la plaza, a ambos lados del palacio que señalamos. Otra, cercana a la parroquia de San Juan posee el escudo real, en ella se albergan la Casa de Cultura y la Biblioteca Municipal.

La iglesia parroquial antigua, dedicada a San Juan, fue edificada en el siglo XVII. Es un templo sobrio en su exterior. Destaca el campanario, torre cuadrada recia y fuerte. Sus ámbitos internos se ordenan con tres naves cerradas por bóvedas de crucería estrellada. Junto al presbiterio existe una capilla también creada por el ya mencionado obispo Bullón, eclesiástico natural de esta localidad y que presidió la diócesis de Barcelona, allá por el siglo XVIII. Como la pieza más notable del templo hemos de señalar la pila bautismal románica, obra cuajada de figuras dispuestas bajo imperfectas arquerías angulares.

A escasos kilómetros del casco urbano, en el paraje conocido como El Cristo, podemos descubrir la cuidada ermita del Cristo del Amparo, santuario entrañable. Su mayor encanto, aparte del paisajístico y devocional, nace de la leyenda por la que se explican sus orígenes. En ella se nos cuenta que Jesucristo envió a la Virgen del Carmen para proteger a una extraviada pastorcilla, la cual a causa de la niebla se había perdido con su rebaño, quedándose dormida por el cansancio en el lugar donde las brujas de los contornos acostumbraban a celebrar sus aquelarres. Para librar a tan inocente doncella de las malas acciones de las hechiceras, la Virgen la abrigó con su manto, hasta que con los primeros rayos del sol el diablo tuvo que huir a los inflemos y sus infames seguidoras a seguir disimulando su maldad en sus lugares de origen. Como obra de ingeniería del pasado podemos destacar el viejo puente, del siglo XVI, que cruza el río Carrión.